Mañá presentan no Hotel Kafka, Jordi Doce e Julieta Valero a Mary Jo Bang e ó seu libro Elegía.
Eu aínda non o lin, pero xa lle botara o ollo, e a verdade é que tanto eles como Bartleby son garantía de calidade.
Ah, pero tanto David como Jose Ángel Barrueco subiron dous poemiñas (graaaaaaazas!), así que xenial, xa podemos abrir boca a este martes, a esta elexía, a esta beleza que sesga a dor (o libro parte do feito autobiográfico da morte do seu fillo).
FUISTE ERES ELEGÍA
Frágil como un niño es frágil.
Destinado a no durar siempre.
Destinado a convertirse en otro
para la madre. Aquí estoy
sentada en una silla, pensando
en ti. Pensando
en cómo era
hablar contigo.
Cómo a veces era maravilloso
y otras veces horrible.
Cómo las drogas cuando había drogas
deshacían lo bueno casi por completo
pero no por completo
porque lo bueno siempre podía ser visto
brillar como brilla el lamé
en el escaparate de una tienda
llamada Las Cosas
Hermosas Nunca Duran Siempre.
Te amé. Te amo. Eras.
Y eres. La vida es experiencia.
Así de simple es todo. La experiencia es
la silla en que nos sentamos.
Sentarse. Pensar
en ti donde eres un vacío
que llenar
por la añoranza. Te amaba.
Te amo como amo
todas las cosas hermosas.
La auténtica belleza rara vez es auténtica.
Eras. Eres
en mayo. Mayo mirando
hacia junio que llega.
Así es como mido
el año. Todo Fue Culpa Mía
es el título de la canción
que he estado cantando.
Incluso cuando me pedías calma.
No he tenido calma alguna,
he estado llorando. Creo que tú
me has perdonado. Todavía me pones
la mano en el hombro
cuando lloro.
Gracias por eso. Y
por tu inefable sentido
de la continuidad. Eras. Eres
la cosa más brillante en el escaparate de la tienda,
lo más singular y hermoso que he visto en mi vida.
*
QUÉ HERMOSO
Una lente personal: cristal combando los rayos
que le dieron a una las noticias de aquel día,
repitiendo todos y cada uno de los días,
sólo recuerdas que habitas
un planeta que evoluciona.
Qué hermoso, pensó ella, lo que hace distancia
por agua, la vista desde arriba o lejos.
En el sueño de anoche, volvían de nuevo
al comienzo. Ella era una niña
y él era un niño.
Un avión la apeó y la dejó allí.
Frío blanqueando el blanco cielo más blanco.
Entonces un bisturí la seccionó abriéndola para que el mundo entero
fuera mar.
Una lente personal: cristal combando los rayos
que le dieron a una las noticias de aquel día,
repitiendo todos y cada uno de los días,
sólo recuerdas que habitas
un planeta que evoluciona.
Qué hermoso, pensó ella, lo que hace distancia
por agua, la vista desde arriba o lejos.
En el sueño de anoche, volvían de nuevo
al comienzo. Ella era una niña
y él era un niño.
Un avión la apeó y la dejó allí.
Frío blanqueando el blanco cielo más blanco.
Entonces un bisturí la seccionó abriéndola para que el mundo entero
fuera mar.
MARY JO BANG
[Mary Jo Bang. ELEGÍA. Traducción y prólogo de Jaime Priede. Bartleby Editores, Madrid, 2010]
*
JAVIER MORENO
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