Creo que me he enamorado de las estrellas, de la contaminación, y de esta salsa picante que me consume el estómago y me achina los ojitos. Quiero estar aquí, quiero quedarme aquí, quiero largarme de esta carretera oscura porque no tengo miedo pero tengo vergüenza. A veces pienso que mi hora termina y que no puedo seguir jugando a ser joven poeta, qué tonto pensamiento eh, qué tonto. No manches, Luna, no manches. Empieza a sangrarme el dedo y ensucio el poema que alguien me ha regalado esta noche.
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