Mi único reparo contra la naturaleza era que no podía volver del revés a Lolita y aplicar mis labios voraces a su joven matriz, a su desconocido corazón, a su hígado nacarado, a sus pulmones, de textura semejante a la de los gelatinosos racimos de huevos de los calamares, a sus graciosos riñones gemelos.
[xemelgas de xelatina este verán, fotos]
Guapiña!
ResponderEliminarAndas por aquí?
Me he dado cuenta de que el domingo llega ya y tenemos grupo!!!
Me muero de ganas!
Mañana vuelvo a Madrid.
Muchos besos!
ven pa'cá! muá
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