(as medeak dille a Itzíar ZIGA)
"Nosotras hemos luchado siempre desde el modelo del gudari, y tú acabas de enseñarnos a luchar desde la puta"
(Pág.19)
(sobre o Estado)
"Porque papá jamás se desarma. Su razón de ser es dominar"
(Pág.20)
(...)
"Así se implanta el Estado-guardería"
(Pág. 21)
(...)
"Puta y maricón son los fantasmas más recurrentes, estigmatizadores y eficaces que corresponden respectivamente a la condición femenina y masculina (ya he señalado antes que la posibilidad lesbiana es demasiado peligrosa para el patriarcado como para ni siquiera nombrarse). Se domestica a los hombres para que teman ser identificados como maricas. Así se comportarán como machos obedientes. Y para que resulten creíbles como tales, deberán reproducir esa quintaesencia de la virilidad llamada homoobia. Y ejercer violencia contra las mujeres, los gays valientes y los hombres amanerados. Se adoctrina a las mujeres a negar que son putas. Para ello, tendrán que exteriorizar una sexualidad pasiva y subalterna al macho. Y la vía infalible para que no le marquen a una con la letras escarlata, es incrustársela a otra. La puta es esa, no yo. La putafobia es fundacional en la feminidad legitimada. Así se asegura el orden patriarcal de que las mujeres internalicen la misoginia imprescindible para que no se alíen entre ellas ni se rebelen contra el amo. (Págs. 28-29)
ZIGA, Itzíar, Sexual Herria, Txalaparta, 2012.
ZIGA, Itzíar, Sexual Herria, Txalaparta, 2012.
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