No me he movido.
- ¡Te he dicho que la cojas!- los labios apretados no se movían, pero yo la entendía.
- ¿Qué debo hacer? - le he preguntado, entre temerosa y curiosa.
- Ya sabes lo que debes hacer. No seas imbécil y coge ese coño de pluma, de prisa.
Melissa P., El aroma de tu aliento, Poliedro, Barcelona, 2005.
Periel Aschenbrand nun descasiño...
Rebeca Horn en plena performance escritora...
*Heléne Cixous
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