luns, 6 de agosto de 2012

Metrópolis de mi corazón o Madrid me mata

Lo bueno de ir a ver un peli como Batman, que no está nada mal, pero no se te queda pegada a la memoria, 
por dentro, es que abres tu sentidos a todo lo que sea negro, a todos los murciélagos, a todas las gatas,
a las metamorfosis cotidianas y a las míticas. 
Y vuelves a leer o lees por primera vez los cómics:

-Frank Miller, Batman, el principio
-Alan Moore, The Killing Joke

Y te vuelves a preguntar si Esopo recogió alguna fábula con murciélagos, y si hay guiños al anarquismo en los terroristas que juzgan a los poderosos (en esta peli Batman, El caballero oscuro: la leyenda renace) , o guiños al anhelado pero utópico "nuevo orden mundial", y te preguntas y te respondes a un tiempo si está hecha para eso, para recordarnos que el sistema no está tan mal, pues los chicos bueno-malos, los mesías con su fuerza y sus valores en realidad son terrorista-asesinos, y los muchachos de azul, también conocidaos como la pasma, son en realidad risueñas víctimas que salvan nuestros cuerpos de la destrucción total de esa Ghotam atlántida, esa ciudad ideal (de idea) que bien sabemos cuál es, y que también en este lado del espejo (en la realidad) funciona como modelo de todas las demás ciudades, es decir, es espejo de las nuestras.
Y hablando de esto, leía esta mañana en el último número de Caimán, que si antes era esta Gotham real o Nueva York (llamémosla  por su nombre) el modelo de metrópolis (personaje principal del también referente artístico de todo este cine en el cómic homónimo de  Tezuka) para las maquetas cinematográficas, ahora son las propias ciudades reales asiáticas, las que han superado con creces su modelo, y se erigen como monstruos  deshumanizados y tragahombres (esta última hipérbole es mía, no del artículo). 

Y ahora que lo pienso, últimamente estamos siempre alrededor de este tema. El de la ciudad. Todo lo que lleva años diciendo el feminismo, sobre todo el de la diferencia; que el día a día importa, que si los cuidados,  es decir, la calidad de la inversión del tiempo es fundamental, y los espacios adecuados para la libertad (el libre circular de los cuerpos) y lo saludable que estos sean, conforman nuestra dulce o amarga existencia en este mundo...  ahora por fin, cuando la cosa parece empezar a romperse por todas partes, empieza a calar...


Hay mucha bibliografía sobre el tema: empezando por la ciudad en la historia de la editorial pepitas de calabaza, siguiendo por los que estudian la ciudad en la antigüedad, los que proponen reflexionar los cambios que causaron y causan este desmoronamiento de nuestra antigua (casi ya) forma de vida, de la gentrificación (como el de Jane Jacobs) y los que conectan estos paisajes que nos cuidan o nos destruyen con la toma de decisiones sobre ellas, por parte de la políticaeconómica de los últimos tiempos, léase sangrante-flagrante capitalismo...

Pues lo que os decía, que a veces ir a ver una peli palomitera, vale para unir hilos y abrir ojosbocas,
aprender algo, u olvidarlo...
Graciassssssssssssssss cinecito!

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