mércores, 22 de xuño de 2011

"Morreu a bruxa"

Aquí o Sergi volve dar no cravo coas súas impresións sobre a bela peli Hanna! siiiiiiiiiiii... encántame que a titule CORAZÓN SALVAXE, como o conto de Lynch no que a fuxida cara a Oz e á vez caza da bruxa é fundamental, ond as cores son as mesmas, onde a valentía e a morte do heterosexismo -polo menos na recén estreada Hanna- é celebrada. Ch´vere. Xa sabedes, non quero espertar demasiadas expectivas que logo iso sempre nos pasa factura ó desfrute, pero de veras que vola recomendo ´xs amantes dos contos de fadas desubicados e excesivos!



A ritmo de los Chemical Brothers, esta moderna Blancanieves sería capaz de vérselas con una manada de lobos, vapulear a la Madrastra (gélida Cate Blanchett, en plan Leni Riefensthal) y traer a la mesa un conejo desollado para cenar. La propuesta de Joe Wright es clara, diáfana: se trata de subvertir los códigos de un cuento infantil hasta dejarlo en su esqueleto, en su abstracción.

El estilo hiperdinámico, casi eléctrico, que Wright había imprimido a sus películas de época cristaliza aquí en una revisión del género de acción en clave femenina. Difícil imaginar una heroína biónica de mayor calado que esta Saoirse Ronan de rostro marmóreo, corazón confuso y patada de órdago. Es ella, educada en un bosque por un padre que se prepara para lo peor, la que atrae todas las miradas.

En su sentimiento de desubicación -no entiende un mundo que no la entiende-, en su manera de abrir los ojos frente al deseo frívolo de una adolescente -con la que protagoniza una escena extremadamente íntima, encerrada en una celda de primerísimos primeros planos- y en su modo de liquidar a todo humano malvado que obstaculice su camino, reside la capacidad de seducción de una película que bascula entre el 'mainstream' más feroz y el cine de autor.
 
Hanna sube el volumen en tres fantásticas 'set pieces' -Hanna huyendo del búnker en el que la han confinado, Hanna siendo perseguida en un laberinto de contenedores portuarios, Hanna enfrentándose finalmente con su némesis en un parque de atracciones abandonado- que certifican a Wright como un cineasta con nervio.
Quizás la sorpresa final llega demasiado tarde para que no la hayamos previsto antes, y quizás la tendencia a la abstracción de la película -ese perseguidor vestido como un jugador de tenis, a la Funny Games- pueda confundirse fácilmente con simplismo, pero lo cierto es que Hanna es una verdadera rara avis en la cartelera actual.


Ningún comentario:

Publicar un comentario